Trastornos de la Conducta Alimentaria y Cuarentena por Coronavirus. ¿Qué puedo hacer para llevarla mejor?
Estamos atravesando una cuarentena que todavía no sabemos lo que va a durar. Son semanas difíciles llenas de incertidumbre, información, preocupación. Vemos imágenes de gente arrasando los supermercados, las urgencias de los hospitales colapsadas, y todo por intentar poner a raya el desorden provocado por el coronavirus.
Hemos llegado al estado de alarma, donde el país se pone en marcha para controlar la pandemia haciendo uso de todos los recursos de los que dispone, en esta situación se apela a la responsabilidad individual para poder reducir al máximo el número de contagios y esto implica entre otras medidas el confinamiento o cuarentena en casa. Pero esto no es algo inocuo en cuanto a la afectación psicológica. Muchas son las opciones que se nos plantean para pasar el rato en casa, desde series, ejercicio, lectura, para que en entre otras cosas mantengamos la calma.
Sin embargo, este estado de alarma no sólo va a ser en la calle, de puertas para fuera, sino que este estado de alarma va a ser al que se van a enfrentar aquellas personas que conviven con un trastorno alimentario y sus familias.
La convivencia en general, genera algún roce, alguna discusión, que se pueden ir gestionando con alternativas como salir de casa, ir al algún sitio, quedar con alguien. Sin embargo esta situación que estamos viviendo nos obliga a permanecer en nuestro domicilio acompañados (los que afortunadamente puedan estar) en ese espacio, y claro, estos roces o discusiones se intensifican y se dan de forma más frecuente, y si a esto añadimos un trastorno alimentario, la situación puede llegar a ser muy devastadora para los que la padecen y conviven.
Los trastornos alimentarios no se guían por la lógica del sentido común, no atienden a razones, ni por discursos sobre lo que es sano hacer y no hacer. Es una enfermedad que tienen a la rigidez y es devastadora para las persona que convive con el trastornos todos los días, a todas horas, y a la que en estos días, se le ha cambiado totalmente su panorama. Se avecinan días de convivencia forzosa, de encierros en casa, de no tener algo productivo que hacer, de comer en familia, de discusiones con ellos o de silencios incomodos, de tener la nevera lleva, los gimnasios están cerrados, es decir, se enfrentan a un gran desafío.
Cada persona tiene sus particularidades, por ello sin pretensión de generaliza a todas las personas que padecen el trastornos, quizás puedan resultar útiles en estos días de lucha, algunas reflexiones sobre como poder llevar de la mejor manera posible la lucha contra el TCA en casa durante la cuarentena.
- Generar una rutina. Mantenerse activo y procurar tener una estructura que se asemeje a la rutina habitual de cada uno. Es bueno establecer un horario de sueño, comida, higiene y estudio o trabajo habitual. No quedase con el pijama puesto, incluso vestirse con ropa de calle. No estamos de vacaciones.
- Establecer un plan de alimentación. Que buena forma de aprovechar el tiempo para aprender a cocinar o cuidar más que nunca nuestra forma de alimentarnos. Si hay un plan pautado por una nutricionista continuarlo o ponerlo en marcha, si no, sería conveniente establecer uno de forma consensuada con el resto de la familia para evitar en lo posible la improvisación y así minimizar el foco de tensión que provoca esta situación. Hacer las comidas todos juntos en el comedor, sentados y con las raciones acotadas y distribuidas en un plato para evitar excesos y picoteos.
- Separar y compartimentar las tareas. Siempre que sea posible, generar en casa un pequeño espacio para cada cosa, estudios/trabajo, para el ocio o para el ejercicio.
- Mantenerse físicamente activo en lo posible. Para las personas que tiene un TCA puede ser especialmente complicado este tema y puede llegar a ser un gran problema, ya que suele haber una sobre actividad física. Si el peso lo permite, se puede realizar una pequeña tabla de ejercicio en casa. Si el peso es muy bajo se puede optar por una rutina de estiramientos supervisado. Todo ello estructurado y con el tiempo acotado.
- Descansar. No podemos olvidarnos de este tema tan importante. Podemos aprovechar la ocasión para dormir, descansar y reposar, que no tienen porque ser incompatible con las tareas productivas.
- Distraerse. No es necesario dedicar todo el tiempo a tareas productivas. En esta rigidez y perfeccionismo también se puede alojar el TCA. Podemos aprovechar este tiempo para implementar esto en nuestra rutina cuando pase la situación. La mente necesita oxigenarse y entrenarse y es igual de importante que trabajar o estudiar.
- Comunicar. Vamos a pasar el día juntos, y se puede generar mucha tensión y estrés además del derivado por el TCA. Podemos aprovechar para trabajar la escucha activa, generar espacios que favorezcan la comunicación, podemos preguntar cómo podemos ayudar y compartir sentimientos e inquietudes.
- Buscar alternativas a internet. Escribir , dibujar ayudan a poner orden en nuestra mente y organizar las ideas o reencontrarnos con aquello que tenemos a nuestro alrededor.
- Usar los recursos terapéuticos. Nosotros los psicólogos tenemos la suerte de poder trabajar de manera telemática y seguir en contacto con nuestros pacientes y dar continuidad a los tratamientos, se pueden además reforzar los mismos con alguna sesión extra. Todos los profesionales estamos arrimando el hombro es esta situación.
- Flexibilidad. Los TCA llevan a la rigidez y si nosotros también lo somos no vamos a conseguir grandes avances. Lo más duro de una persona que tiene TCA es que convive con su cuerpo 24 horas al día todos los días y se tiene que enfrentar a la comida unas cinco veces al día, todos los días. Sin embargo, esto también significa que tenemos muchas oportunidades cada día para hacerlo diferente, para dar un pasito más, para observar, para cuidarnos , para pedir ayuda. Si un día una comida, o un día, no sale como espasmos tenemos el día siguiente para volverlo a intentar. Seamos indulgentes con nosotros mismos y autocompasivos y convirtámonos en observadores creativos de nuestro proceso de recuperación.
Estamos juntos en esto, no estás sol@ y lo vamos a superar, tanto el COVID-19 como el TCA.
Patricia Perea, psicóloga especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad.